MITOS O LEYENDAS

DUENDE

Un caso inusual ocurrió en una tienda, ubicada cerca de la plaza del municipio de Santo Tomás, Atlántico. Según cuentan los pobladores, el tendero que se encontraba arrendado en el lugar salió despavorido del sitio por un presunto espanto.
"El tendero comenzó a ver que las botellas de gaseosa se partían y que los productos se movían. Cuando la dueña del local llegó y dijo: 'La sangre de Cristo tiene poder', el duende se alborotó más y siguió partiendo todo"

Los que estuvieron esa noche cerca de la plaza comentan que en una pared de la tienda apareció un mensaje en donde se leía: 'Déjenme en paz'. Como si el presunto espanto confirmara que estaba siendo atormentado por las oraciones.






 
También se rumora que cuando los policías llegaron al sitio para desalojar el lugar, los focos del lugar se apagaban y se prendían solos.

La historia del duende está regada por todo el pueblo de Santo Tomás, pero hay algunos que no le dan crédito a lo ocurrido.


SEMANA SANTA

En Viernes Santo, ni los pájaros dan vuelta sus huevos, decían las abuelas. En Semana Santa no hay que hablar fuerte, correr, bailar, ni cantar. No hay que decir groserías, mucho menos tocar a una mujer, porque "pueden sobrevenir grandes males o impotencia". Son algunos de los mitos de la cultura popular que se mantienen, principalmente en el sector campesino.
Estos son los diez mitos o tradiciones en la Semana Mayor:
1. No hay que tener relaciones sexuales
Se dice que quienes tengan sexo durante la Semana Santa quedan pegados hasta la pascua. Las abuelas recomiendan rezar para eliminar los malos pensamientos. Incluso, se dice que por este motivo no se celebran matrimonios en Semana Santa.
Si se posee mujer en Viernes Santo, uno se queda "maldito" toda la vida. No se debe "tocar" mujer en Semana Santa, porque pueden sobrevenir grandes males e impotencia.
2. No bañarse en un río
El mito nació en poblaciones pequeñas del norte de Colombia. Según la creencia, si una persona se baña en un río puede transformarse en un pez. El mito ha tenido variaciones en el tiempo. Para algunos aplica incluso para evitar cualquier tipo de baño, sobre todo si este se lleva a cabo el viernes santo.
3. No vestirse de rojo
El mito es extremo. Según la creencia popular, el rojo es el color de la bestia y si la persona lo usa en Semana Santa, atrae la presencia del diablo. ¿Será por esta razón que durante los días santos el color que predomina es el negro? El mito añade un par de recomendaciones:”Camine despacio. No grite para no enfadar a Dios”.
4. No se suba a un árbol
Los abuelos les prohíben a sus nietos jugar durante la Semana Santa. En zonas rurales les advertían a los niños no trepar a los árboles. ¿La razón?: Pueden convertirse en micos. 
5. Es de mala suerte nacer el Viernes Santo
Este mito tomó fuerza al iniciar el siglo XX y tras la muerte del papa Juan Pablo I. Se decía que que bajo su mandato, nacería el anti cristo. Las leyendas urbanas señalaron que dicho personaje nacería un Viernes Santo, día de la crucifixión de Jesús; por esta razón muchos cruzan los dedos para que su hijo no nazca ese día.
6. No escuche música
Los mayores prohibían escuchar música y menos si se trata de rock. La Semana Santa es un espacio para el silencio, la reflexión y solo para escuchar a Dios o musica sacra.
7. Prohibido regañar a los niños 
Según la creencia, los niños tenían una semana de tregua al año en cuanto el regaño de sus padres. “La ira llama al diablo”, es el dicho de los abuelos, por esta razón muchos evitaban regañar a sus hijos en los días santos.
8. Azotarse para ayudar a Jesús 
Aunque es una tradición que sigue viva, principalmente en Santo Tomás de Villanueva (Atlántico), antes las familias en la costa tenían la costumbre de azotarse la espalda como una forma de mitigar el dolor que estaba sintiendo Jesús en la cruz.
Ahora, el rito del azote se convirtió en una especie de hecho circense del turismo religioso que incluso cuestiona la iglesia, pues considera que la penitencia se aparta de la liturgia y se vuelve espectáculo.
9 No barrer ni clavar puntillas el Viernes Santo
La curiosa prohibición busca dos cosas: no utilizar un elemento (puntillas) que hizo parte del sufrimiento de Cristo en la cruz y evitar atraer al diablo. Tampoco era recomendado barrer porque se consideraba una forma de “barrer la cara de Cristo”.
10 Niños: ! ojo cómo tratan a sus padres ¡
Los padres le advertían a los niños que si sacaban la lengua durante los días santos, esta se podía convertir en lengua de serpiente. Incluso les decían a los pequeños que si levantaban la mano para maltratar a alguien se les podría caer el brazo.
11. No salir después de las tres de la tarde
Para muchos el plan de Semana Santa se reduce a ver las películas basadas en las historias de la biblia, sobre todo El Mártir del Calvario, representado por Enrique Rambal: En el Viernes Santo había que abstenerse de salir después de las tres de la tarde, ya que fue la hora en que murió Cristo y su enojo causaría la precipitación del cielo en forma de lluvia.
Un tradición que se mantiene
No comer ningún tipo de carne roja ni los Miércoles de Ceniza ni el Viernes Santo: esta tradición es una de las que todavía se mantienen y una de las más antiguas ya que según la biblia el pescado era uno de los alimentos que el hombre podía comer. El olor a pescado seco hoy en día inunda las plazas y supermercados en la Semana Santa.
Para la tradición judío-cristiana el Viernes Santo es un día de recogimiento por el sacrificio y muerte de Jesús. De esta forma, los cristianos tienen que sacrificarse con el ayuno y la abstinencia de carne roja.
 
JESÚS DE NAZARETH
vive en la Calle de la Ciénaga, en Santo Tomás, por donde desfilan los penitentes todos los años. Es tan alto que debe agacharse para entrar a su casa y su estatura no le permite pasar desapercibido.
 En las calles, cuando lo ven,las señoras se persignan con respeto y devoción, como si en verdad estuvieran delante del mismísimo hijo de Dios, como si fuera una aparición divina. Él solo sonríe. Ha tenido que convivir con esto desde hace 26 años, cuando decidió aceptar el papel del Nazareno en la obra de teatro de la Casa de la Cultura, de la Alcaldía de su pueblo.
 
 
 
 
 “Cuando voy caminando por el pueblo escucho los murmullos: ‘Ahí va Jesucristo, míralo’. Yo eso lo veo normal. Yo no me creo Jesús ni tampoco poso de redentor, más bien me llena de satisfacción que la gente me siga diciendo así solo por la obra de teatro, que se hace una sola vez al año”, dice Antonio, de 50 años y 1.90 de estatura.


No hay comentarios:

Publicar un comentario